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Experiencia Empleado

Cómo hacer un buen onboarding en 7 pasos

By 24/01/2014febrero 16th, 20244 Comments

El primer día de tra­ba­jo nun­ca se olvi­da. Todas las impre­siones que uno tiene durante esas ocho horas en la nue­va empre­sa dejan una huel­la imborrable en nues­tra memo­ria emo­cional. El “día 1” es la opor­tu­nidad ide­al de conec­tar con el recién lle­ga­do, para con­stru­ir una bue­na estrate­gia de Employ­er Brand­ing para empezar a gener­ar el engage­ment que le con­ver­tirá en fan de la mar­ca des­de el principio.

Por eso, hoy te com­par­ti­mos 7 tips para que el primer día de tus emplea­d­os sea especial:

¿Y por qué esper­ar al primer día? Adelán­tate y allá­nale el camino antes de que pon­ga un pie en su nue­va ofic­i­na… ¿cómo? Envián­dole el Wel­come Pack una sem­ana antes de que se una al equipo. Tam­bién puedes invi­tar­le a par­tic­i­par en una gimkana vir­tu­al o pro­pon­er­le un sim­páti­co quiz basa­do en pre­gun­tas sobre la orga­ni­zación o sobre la cul­tura y val­ores. No solo le quitarás pre­sión en esos días pre­vios a su lle­ga­da si no que a través del juego con­seguirás que se famil­iarice con la empre­sa… ¡ah! Y si lo hace bien no olvides reconocérse­lo en cuan­to se incorpore.

¿A qué huele tu nue­va empre­sa? De entre todos los sen­ti­dos, el olfa­to es el que más recuer­dos evo­ca, lo que uno huele per­manece siem­pre en la memo­ria. Por lo tan­to, si quieres que el nue­vo colab­o­rador inte­ri­orice los atrib­u­tos de la mar­ca des­de el primer día, ¡crea un aro­ma que defi­na a la orga­ni­zación e inclúye­lo en el pack de bien­veni­da! Tam­bién podrás uti­lizar­lo para ambi­en­tar las ofic­i­nas de tra­ba­jo e inclu­so para man­ten­er vivo el recuer­do de la mar­ca entre los clientes.

Dale val­or al mer­chan­dis­ing y plan­téa­lo como un ele­men­to que favorez­ca el ancla­je emo­cional. Los bolí­grafos y los cuader­nos son muy prác­ti­cos pero no conectan con la emo­ción del recién lle­ga­do. Dale la vuelta al tan manido mer­chan­dis­ing y trans­fór­ma­lo en ese obje­to que rep­re­sen­tará el com­pro­miso mutuo entre el nue­vo emplea­do y la orga­ni­zación. ¿Tra­ba­jas en una ase­gu­rado­ra? Hazle entre­ga de una pól­iza sim­bóli­ca en la que sea lea un “¡vamos a cuidarte!” bien grande.

Si le vas a con­tar una his­to­ria, que sea cor­ta. No le avasalles con demasi­a­da infor­ma­ción el primer día, no entier­res su mesa bajo antiguas pub­li­ca­ciones de la empre­sa ni le invites a leer pre­senta­ciones que poco tienen que ver con él. Esto solo aca­ba de empezar, ten­drá tiem­po de sobra para cono­cer la orga­ni­zación al detalle. Deja que ese primer día se cen­tre en las per­sonas y si quieres con­tar­le mis­ión, visión y val­ores, ¿por qué no hac­er­lo con un vídeo basa­do en visu­al think­ing? Seguro que en dos min­u­tos con­sigues más que en una jor­na­da entera de lectura.

Dale vis­i­bil­i­dad antes de que llegue. No esperes a que sean las nuevas incor­po­ra­ciones quienes com­pleten su per­fil en la red social cor­po­ra­ti­va o en la intranet de la orga­ni­zación. Tómate 5 min­u­tos para rel­lenar su ficha con los datos más rel­e­vantes para que el resto de la orga­ni­zación empiece a ubi­car­le… y si tam­bién puedes incluir su foto te ahor­rarás muchas per­se­cu­ciones por los pasil­los de la ofic­i­na recordán­dole este asun­to pendiente.

Es su día, ¡hazle sen­tir espe­cial! y orga­ni­za una gran acogi­da per­son­al­izan­do su mesa de tra­ba­jo con un enorme ¡Bien­venido!, sor­prendién­dole con un com­ple­to desayuno o anun­cian­do su lle­ga­da a toda la orga­ni­zación. Si entre tus canales de Comu­ni­cación Inter­na cuen­tas con una red de pan­tallas, comu­ni­ca su incor­po­ración e invi­ta a los colab­o­radores a decir ¡hola! al recién lle­ga­do. ¿Pre­fieres con­tar­lo a través de la newslet­ter? Prue­ba con una entre­vista desen­fa­da en la que se vea el lado más humano y diver­tido del nue­vo empleado.

Una acogi­da para cada momen­to: A lo largo de la vida en la empre­sa se pueden vivir difer­entes bien­venidas: la incor­po­ración de una baja, un cam­bio de puesto o el regre­so de una exce­den­cia. Para con­seguir un autén­ti­co engage­ment es impor­tante que con­vir­ta­mos cada uno de estos recibimien­tos en una opor­tu­nidad para demostrar­le el com­pro­miso de la empre­sa con él. Será espe­cial­mente impor­tante dejar­le claro qué se espera de él en cada momen­to y cuál es su aportación al proyec­to de la organización.

¿Te parece intere­sante? ¡Conec­ta con nosotros!

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