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5 pasos para acabar con el síndrome del burnout

By 06/07/2021enero 5th, 2022Sin comentarios

El burnout o sín­drome del tra­ba­jador que­ma­do es uno de los prin­ci­pales ene­mi­gos de una orga­ni­zación y, lam­en­ta­ble­mente, ha gana­do posi­ciones con la situación pandémica.

Este trastorno, recono­ci­do por la Orga­ni­zación Mundi­al de la Salud des­de el año 2019, deja cifras pre­ocu­pantes en España: más de la mitad de la población acti­va sufre algún sín­toma rela­ciona­do con la ansiedad, 3 de cada 4 pro­fe­sion­ales ase­gu­ran ser inca­paces de desconec­tar del tra­ba­jo y el 30% de las bajas lab­o­rales están rela­cionadas con el estrés laboral.

Las prin­ci­pales car­ac­terís­ti­cas de una per­sona que está sufrien­do burnout son el ago­tamien­to físi­co y men­tal, el aumen­to de los sen­timien­tos neg­a­tivos rela­ciona­dos con el tra­ba­jo y la baja­da drás­ti­ca de la efec­tivi­dad. Y, a este pun­to no se lle­ga sim­ple­mente por el estrés, sino por vivir­lo de for­ma demasi­a­do inten­sa y, en la may­oría de los casos, de man­era con­tin­u­a­da en un peri­o­do largo de tiempo.

Si esta defini­ción te sue­na o te pre­ocu­pa que pue­da afec­tar a las per­sonas de tu com­pañía, toma nota. Hoy te vamos a con­tar las ideas con más impacto para que, des­de comu­ni­cación inter­na, puedas garan­ti­zar la sen­sación de bien­es­tar de los equipos y hac­er­les lle­gar her­ramien­tas que mejo­rarán el cli­ma y la gestión per­son­al de los momen­tos más críticos.

¿Qué podemos hacer?

1.  Recono­cer el prob­le­ma. La primera de las claves es ayu­dar a los emplea­d­os a saber iden­ti­ficar cuán­do sus nive­les de estrés le están afectan­do neg­a­ti­va­mente a su salud y a su pro­duc­tivi­dad. Com­parte con ellos un test de primer auto­di­ag­nós­ti­co para que puedan reflex­ionar sobre ello.

2. Ges­tionar el estrés. La mejor her­ramien­ta que puedes ofre­cer­les es saber cómo pueden lidiar de for­ma pro­duc­ti­va con el estrés. Aprovecha tu pro­gra­ma de empre­sa salud­able para com­par­tir píl­do­ras breves y prác­ti­cas: plan­i­fi­cación, comu­ni­cación, rela­jación, etc.

3. Fomen­tar la desconex­ión dig­i­tal. Efec­to colat­er­al del tele­tra­ba­jo, la línea entre vida per­son­al y lab­o­ral es cada vez más difusa. Crea un decál­o­go claro de hábitos salud­ables rela­ciona­dos con la desconex­ión y alíate con la alta direc­ción para dar un men­saje claro a los emplea­d­os: mejor des­cansa­dos que quemados.

4. Orga­ni­zar encuen­tros infor­males. La comu­ni­cación y las rela­ciones per­son­ales sanas son el mejor antí­do­to para el estrés. No olvides incor­po­rar en la agen­da momen­tos para reforzar lazos más allá del ámbito lab­o­ral, con for­matos diver­tidos que mez­clen entreten­imien­to y juego con desar­rol­lo per­son­al y team­build­ing.

5. Escuchar a los emplea­d­os. Con­tra el burnout la mejor defen­sa es la pre­ven­ción y, para ello, es fun­da­men­tal estar aler­ta de los posi­bles momen­tos com­pli­ca­dos que se vivan en difer­entes depar­ta­men­tos o iden­ti­ficar cuáles son los pun­tos más gen­er­adores de estrés den­tro de su expe­ri­en­cia para poder actu­ar en consecuencia.

¿Nece­si­tas ayu­da para garan­ti­zar que el burnout no llegue a tus emplea­d­os? Escríbenos y te ayu­dare­mos a volver a conec­tar a tus per­sonas con el bienestar.

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